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En la tercera jornada del juicio por libertad de expresión contra los 3 de Uhuru (Uhuru 3), los partidarios de la libertad de expresión siguieron llenando el tribunal. Casi 100 personas se sentaron en el sala del juzgado 17, la más grande del Tribunal Federal de Tampa. Más simpatizantes observaban desde la sala adicional de la 3ª planta.
Vinieron personalidades de todo Estados Unidos para asistir al juicio del siglo por la libertad de expresión, entre ellos miembros del movimiento del 12 de diciembre, Benjamín Prado y un contingente de Unión del Barrio, Paul Pumphrey de Amigos del Congo, Zaki Baruti de la Organización Universal del Pueblo Africano, Belinda Parker Brown de Louisiana United, John McCarthy del Centro para la Innovación Política (CPI), Pam Africa de MOVE Family Africa y Efia Nwangaza, veterana del Comité Coordinador Estudiantil No Violento.
El gobierno siguió sacando a relucir sus lamentables «testigos». La «agente especial» del FBI Anna Myers es una ex agente de policía de Vero Beach que sirve a la policía secreta estadounidense como supuesta especialista en contrainteligencia rusa para el FBI. Testificó que había pasado apenas seis meses revisando pruebas para el caso de los 3 de Uhuru, de enero a julio de 2022, justo antes de la redada militar del FBI en siete casas y oficinas del Movimiento Uhuru.
Myers ocupó varias horas del tiempo de todos los presentes. Al jurado se le mostraron imágenes en pantalla que exhibían actividades del Movimiento Uhuru. Entre ellas, concentraciones de Africanos contra el Genocidio, marchas para detener la violencia policial, seminarios web educativos, marchas por la justicia tras el asesinato de George Floyd y marchas por las reparaciones patrocinadas por el Movimiento de Solidaridad Uhuru.
Todo el mundo podía ver claramente el trabajo real del Movimiento Uhuru en favor de la clase trabajadora africana durante una época en la que participaban multitudes en la lucha contra el terror colonial estadounidense dirigido contra la comunidad negra.
La agente Myers también describió imágenes que supuestamente eran capturas de pantalla de comunicaciones y publicaciones en redes sociales que, según la falsa afirmación de la fiscalía, demostraban que el Partido Socialista del Pueblo Africano conspiraba con los rusos para sembrar la discordia en Estados Unidos.
Los abogados de los 3 de Uhuru plantearon objeción tras objeción, denunciando las supuestas «pruebas» de la fiscalía como rumores y especulaciones. Durante el contrainterrogatorio de Myers, los abogados defensores revelaron que su testimonio y su supuesta «investigación» eran una vaga invención.
El abogado Akbar señaló muchos casos de identificación errónea de información básica en los informes de Myers. Consiguió que admitiera que en realidad la agente no estaba familiarizada con la mayoría de los seminarios web y actividades que presentaba como pruebas de sembrar la discordia.
El abogado Griffin obligó a Myers a confesar que no tenía conocimiento personal y que no había hecho una investigación real del caso. Ella en realidad no habló con nadie. Hizo suposiciones basadas en lo que leyó en una pantalla de computadora.
El abogado Leonard Goodman le preguntó: «¿Es perjudicial para la seguridad nacional de Estados Unidos exigir justicia y reparaciones, protestar contra la violencia policial, protestar contra las guerras de Estados Unidos, incluso contra la guerra en Ucrania?» A lo que Myers tuvo que responder no, no, no y luego no.
Los otros testigos de cargo en el tercer día del juicio pasaron su tiempo en el estrado describiendo fotos de las computadoras, los discos duros y los materiales impresos que fueron incautados durante las redadas del FBI en siete casas y oficinas del Movimiento Uhuru el 29 de julio de 2022.
Los fiscales dijeron que tendrán un día más de testimonios de testigos y presentarán su alegato final el lunes. El caso de la fiscalía es débil. No son más que mentiras, rumores y especulaciones. ¡Los 3 de Uhuru son inocentes!
El pueblo sigue firme en esta lucha anticolonial por la libertad de expresión y por el derecho a organizarse por la justicia y la autodeterminación.